Ciclo Energético y Emociones

ENERGÍA – “CHI”

El término Chi (Ki ó Qi) significa energía, fuerza o energía vital. Genéricamente se refiere a la energía presente en todo lo que existe. El universo en sí mismo es energía y todo lo que encontramos en él son diferentes formas y funciones de la energía o de Chi: el Chi del sol, del agua, de la tierra, de las plantas, etc…

El ser humano se compone igualmente de energía. De manera que su nivel  mental, emocional y físico son la misma energía en diferentes formas y funciones.

El concepto de Chi se refiere en el ser humano al conjunto de su energía en el sentido de vitalidad. Chi sería la energía vital, que evidentemente está presente en todas las funciones orgánicas, como también lo está en los procesos mentales y emocionales, manteniendo la cohesión entre el conjunto de aspectos vitales. Dicen los textos tradicionales que el Chi suficiente y equilibrado proporciona la salud.

El Chi del ser humano está sometido a un desgaste diario que puede reponerse con el Chi que proporcionan la alimentación y la respiración. Desgaste y reposición de energía equilibrados contribuyen  a mantener la salud, pero el desequilibrio del Qi puede sobrevenir por otras causas, ya sean de origen interno o de relación con el entorno.

Concepto de ENERGÍA:  YIN – YANG

La observación de la naturaleza y el cosmos, base del pensamiento taoista y de la Medicina Tracicional China, establece que la organización del universo es básicamente cíclica y esto se debe a que la energía que lo compone tiene dos “polaridades” o formas de manifestarse: Yin y Yang.

YIN : Principio femenino, oscuridad, noche, profundo, interno, lo concreto, lo tangible, movimiento de contracción, frío,  lo que tiende a solidificarse, a materializarse, concentración...

YANG: Principio masculino, claridad, día, de superficie, externo, lo inconcreto, lo intangible, movimiento de expansión, calor, lo que tiende a desmaterializarse, lo no material, dispersión...

Símbolo del Tao

Yin y Yang representan dos fuerzas opuestas pero no enfrentadas, sino todo lo contrario: su continua relación e interacción permiten mantener la energía, los ciclos naturales, el dinamismo y el equilibrio vital presentes y necesarios en todos los aspectos de la Naturaleza y, evidentemente, en el ser humano.

Por ejemplo:

En la Naturaleza podemos observar cómo en el ciclo diario se produce una interacción de Yin y Yang (oscuridad-claridad, quietud-actividad...).

También en el ciclo de las estaciones se produce esta alternancia en la Naturaleza, en la que la energía más Yin (invierno, frío, concentración) va cambiando hacia la energía más Yang (verano, calor, expansión) para volver a tender hacia Yin, comenzando nuevamente el ciclo vital.

El ser humano se encuentra formando parte de estos ciclos energéticos naturales y su actividad va adaptándose a la influencia de las variaciones energéticas  (día y noche, invierno, verano, etc).

Al mismo tiempo, como en un microcosmos, el organismo humano está igualmente sujeto a la interacción de la energía:

El ritmo vital es más activo de día que de noche. La energía ambiental de la estación influye de múltiples maneras –actividad, aspectos de la salud, tanto físicos como psíquicos, etc-.  Unos órganos están en contracción, mientras otros están en expansión (igual que en el planeta es invierno en unas zona y verano en otras), lo que permite mantener la actividad del conjunto orgánico.  Diversos tipos de “ciclos” permiten cuestiones como la renovación celular, el crecimiento y multitud de facetas que, en su conjunto, forman el ciclo vital humano.

Yin y Yang no son fenómenos totales:

-Nada es completamente Yin ni completamente Yang:

En lo masculino hay algo de femenino, como al contrario.

-En el extremo del Yin comienza a aparecer el Yang y viceversa:

En el final del día comienza a aparecer la noche –el atardecer es el principio del Yin o un fenómeno de tendencia Yin menos extremo que la noche-.

La primavera es el principio del Yang que aparece en el final del Yin que es el invierno –o un fenómeno Yang menos extremo que el verano.

El otoño es el comienzo del Yin, menos extremo que el Yin del invierno.

Estos aspectos están representados en el símbolo:

  • El pequeño Yin” en la zona Yang, representa el comienzo del Yin o una energía de carácter Yin menos extremo.
  • El “pequeño Yang” en la zona Yin, representa el comienzo del Yang o una energía de carácter Yang menos extremo.

En el símbolo también hay que considerar la “linea en forma de S” que diferencia las zonas Yin y Yang –negra y blanca-, como una representación, tanto del Equilibrio que supone la presencia de los dos polos energéticos como del dinamismo, que permite los ciclos y cambios de la energía.

Por Alicia Lorduy Alonso

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