El estilo de Tai-Chi XIN YI del sistema de Wu Shu tradicional, como los estilos más antiguos, tiene un origen misterioso, incierto y perdido en los tiempos, legendario incluso en cuanto a su creación, compartiendo con todos ellos un mismo marco filosófico y una misma esencia en su práctica.

El sistema Wu Shu de la escuela Xin Yi de Shaolin Sur, constituye un sistema de artes marciales, con dos ramas principales: el Nei Kung o Kung Fu interior y el Wai Kung o Kung Fu exterior. Existe también un Kung Fu especial (Da  Kung) de carácter secreto y casi inaccesible.

“El sistema Xin Yi de Kung Fu interior (Nei Kung) comprende y recopila las enseñanzas de Bodhidharma para desarrollar la parte interior o espiritual del cuerpo a través de la armonía de los movimientos sincronizados con la respiración y utilizando la adecuada circulación de la energía (chi –aliento vital-) para tonificar y purificar el organismo interno”.

El estilo Xin Yi (Corazón-Mente) se caracteriza y distingue de otros estilos, por ser un estilo “más interno(Nei Kung), no tan enfocado a los aspectos marciales, aunque ese fuera su origen, común a todos los estilos, sino dirigido a conseguir el equilibrio perfecto del cuerpo con la mente, son unos movimientos, armónicos, suaves y circulares, muy fluidos, amplios y dinámicos, coordinados con la respiración. Al carecer de marcialidad en su ejecución no es tan exigente físicamente, por lo que es un estilo absolutamente accesible para cualquier persona”.

PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA FORMA

El aprendizaje del Xin Yi es progresivo (primero imitar, después interiorizar para, finalmente, llegar a una dimensión mucho más profunda) y comienza con la forma corta de 24 movimientos (que en opinión de algunas personas críticas con nuestro estilo, es una versión de los 24 movimientos conocidos como la Tabla Internacional de Pekín, pues se le parece bastante, pero, si acaso, sería al contrario, pues “la forma de Pekín” carece de toda tradición, al ser de bastante reciente creación).

La tabla de Xin Yi completa suma 78 movimientos (incluidos los primeros 24) y son ejecutados al ritmo de la respiración abdominal calmada, lo que da un tiempo total de 14 minutos y treinta segundos, con un margen de +/- 15 segundos, que ejecutamos siguiendo una melodía con las mismas características que nuestro estilo: suave y armónica. Si no disponemos de música, no pasa nada, seguimos nuestro propio ritmo interno. Adaptando las palabras de C.  Chang, nuestra preocupación no se centra en encontrar el parecido fiel con la forma, sino que aspiramos a dar con el ritmo que late en el interior de ésta y así transmitirla.

En la forma, nuestros principios básicos son la alineación (alinear el cráneo con el sacro, inclinando suavemente hacia arriba la pelvis y situando el centro de gravedad en el Tan Tien inferior, donde debe ir centrada la mente, situado tres dedos por debajo del ombligo, donde, según la medicina tradicional china, se acumula y distribuye la energía o aliento vital (tanto orgánico como espiritual) –chi- de todo el cuerpo, y alineando los demás centros energéticos para que la energía –chi- pueda fluir libre y correctamente; el Tan Tien inferior es el principal centro energético desde donde se controla la vitalidad y nuestro potencial energético esencial), polaridad (expresión dinámica del concepto yin-yang, las fuerzas complementarias fundamentales deben estar en equilibrio, la dinámica de opuestos, lleno-vacío, blando-duro, interno-externo, izquierda-derecha, dentro-fuera… se distinguen claramente y se evita la preponderancia de cualquiera de ellos), circularidad (todos los movimientos son circulares para una correcta distribución de la energía por todo el cuerpo), continuidad (sin interrupción en el enlazamiento de un movimiento con otro, dando como resultado una gran calma y fluidez, tan característica de nuestro estilo, tanto que para muchos es como una danza ritual, sí “la danza de la vida”; el cuerpo actúa como una Unidad –cuerpo/mente- la coordinación es global), enraizamiento (al relajarnos y bajar nuestro centro de gravedad al Tan Tien inferior,  conseguimos enraizarnos más, establecemos más puntos de contacto con la tierra, absorbiendo su energía, nos deslizamos pegados al suelo y obtenemos gran ligereza en la ejecución del movimiento; el movimiento se dirige desde la cintura para que la energía confluya en el Tan Tien). La respiración es abdominal, suave y sin forzarla, profunda consciente y relajada, lo que requiere un gran entrenamiento.

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