AntonioMorales

Poio 2019

Al llegar a Galicia, se expande el alma respirando los intensos verdes y el mar, la humedad en la piel y la caricia del aire de la ría.

El hexagrama define quietud y movimiento.

Mismo equipo desde otra perspectiva: compenetración, trabajo, humildad y generosidad; el compromiso y el cariño al servicio del seminario.

Trabajar con Ángeles y con Pilar es un verdadero regalo.

La labor de organizar se encuentra entre mis favoritas, en esta ocasión, mezclando las mariposas del estómago con la seguridad que proporciona la confianza del respaldo de la Asociación, nuestra maestra Huifang, el equipo y los compañeros, dispuestos a ayudar.


A veces pienso que empezar a rodar algo que se construye con ilusión y empeño es como concebir un carrusel de tiovivo cuando comienza la temporada de feria. Las figuras cuidadas para la ocasión, pintadas con esmero y ordenadas para el movimiento; preparando muchos poquitos cuya armonía únicamente se percibe cuando se ponen en marcha y comprobamos absortos como el engranaje sigue un ritmo perfecto con los colores de la música.

Las novedades de la práctica vespertina del Yang Shen en la Alameda, la exhibición en Pontevedra, la llamada a los medios de comunicación, las conversaciones con el Concello y la grabación del dron, han ido encaminadas a proporcionar visibilidad a nuestra práctica. Desde el convencimiento de la necesidad de expandir el Tai Chi Xin Yi, ponemos nuestra voluntad en que así sea.


El girar del tiovivo se iniciaba todos los días a las siete de la mañana, al amanecer, con el primer calentamiento. Atendiendo a la naturaleza, la práctica en la ría o bajo techo si llovía o hacía sol. Las caricias de los primeros rayos hacían que nos despojáramos de las capas en las que nos habíamos enfundado, dando paso a nuestro uniforme de faena en una comunión de movimientos dirigidos por el flujo de la respiración al compás de nuestra maestra.

Novedad de este seminario y sin duda un acierto, fueron los encuentros de meditación vespertinos del Yang Shen en la arboleda del Monasterio, donde era fácil entrar en comunicación con las sensaciones siguiendo el ambiente soleado y sombrío que daba lugar a un contexto espiritual sobreañadido donde la conexión interior invitaba a recrearse en el abrazo de la brisa.

El aprendizaje forma parte de nuestra transformación, produciendo la semilla válida.

Un momento fascinante fue la exhibición de Pontevedra. Tras una mañana de incertidumbres en forma de lluvia copiosa, pudimos realizarla como estaba previsto, bueno un poco más tarde, en realidad. Después de un ataque de responsabilidad en la soledad de la plaza a la hora acordada de comienzo, surgía poco a poco el manto blanco de los compañeros que de forma ordenada fueron completando el grupo donde fue muy fácil sincronizar nuestra tabla con el tañido de las campanas, compactando de forma mágica cuerpo, mente y emociones.

Con el deber cumplido, nos dirigimos al Pazo de Lourizán. Un mediodía lluvioso, dio paso a una espléndida tarde donde los colores, reflejos y aromas mostraron la auténtica belleza de aquel lugar.

Queimada, talleres, exámenes, alegría y risas, compañerismo, confianza, aprendizaje… En definitiva, una vivencia extraordinaria.

Foto de familia y hasta Poio 2020 con el deseo que esta organización haya cumplido con vuestras expectativas y haya sabido transmitir el amor y el respeto por todos vosotros, practicantes de nuestro noble arte del Tai Chi.

Gracias Asociación Española de Tai Chi Xin Yi.
Gracias maestra Huifang.
Gracias Ángeles Dios Gil y Pilar Fernández Zanca.
Gracias compañeros.

El aprendizaje forma parte de nuestra transformación, produciendo la semilla válida.

por Victoria Estrada

 

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