Artículos y colaboraciones

AntonioMorales

Dice el libro de Tai Chi XinYi que Tai Chi en la filosofía china es la fuente y unión de los dos aspectos primarios del cosmos: el yang (principio activo) y el yin (principio pasivo). Por tanto, los crea para que éstos a su vez generen todas las cosas.

Dentro del Tai Chi, el estilo que practicamos es el Xin Yi: corazón-mente.

A lo largo de varios años he ido desarrollando una técnica de terapia que llamo Masaje Celular encaminada a armonizar y conectar nuestro corazón y nuestra mente.

Cuando tomamos conciencia de quiénes somos y actuamos con coherencia en nuestra vida, todas las células de nuestro cuerpo reconocen esa coherencia.

Como explico en mi libro Masaje Celular:

“Para estar en equilibrio y recuperar la salud es fundamental que actuemos encontrando la coherencia entre nuestro corazón y nuestra mente”

Hoy en día se habla mucho de escuchar más al corazón que a la cabeza; que la mente no para de darnos mensajes que muchas veces van en contra de lo que nuestro corazón desea. Pero debemos tener en cuenta que la razón nos permite sopesar muchas de las decisiones importantes que tomamos en la vida. Escuchar a la razón tampoco es dejarse arrastrar por el miedo.

Lo que de verdad nos perturba es el parloteo incesante dentro de la cabeza que no permite escuchar lo que realmente es bueno para nosotros.

En el camino hacia nuestro conocimiento interior hay momentos en los que nos podemos sentir perdidos, ese momento en que nos miramos al espejo y no nos reconocemos. Pensamos muchas veces en cómo es la imagen que los demás tienen de nosotros, pero eso no es importante. Cuando queremos romper el patrón que nos ha traído hasta aquí debemos romper el espejo en el que nos estamos reflejando y desde nuestro ser más profundo pasar a la acción:

¿Quién quiero ser?

Los terapeutas sabemos que el corazón debe guiar a las manos en nuestro trabajo y sentir que la energía que emana de él se dirige hacia ellas para transmitir luz y coherencia. Esa coherencia tiene que estar en nosotros para poder ayudar mejor a la persona que viene a tratamiento.

Cuando practicamos Tai Chi, al desarrollar los movimientos debemos estar presentes, sintiendo la respiración y el movimiento de la energía en el cuerpo, de esa manera entraremos en un estado de relajación profundo y nos sentiremos en paz. Ese rato que nos dedicamos lo debemos aprovechar al máximo, dejando fuera lo que nos perturba.

Llevo 23 años practicando Tai Chi y todavía me sucede que cuando se me cruzan pensamientos de problemas del día a día, mi cuerpo confunde el movimiento que tiene que hacer. Esa es la magia, nos obliga a estar presentes.

Todos atravesamos etapas en la vida en las que no sabemos qué camino es el adecuado, nos sentimos perdidos, pero realmente el camino siempre está ahí y lo vamos recorriendo. El Tai Chi nos va a ayudar porque serena el espíritu, y sólo desde una mente tranquila podemos escuchar lo que nuestro corazón sugiere.

Cuando hago terapias emocionales le digo a la persona que tener miedo es normal, siempre que no bloquee nuestros sueños y proyectos, que si conseguimos tranquilizar la mente podemos ver mejor el camino a tomar.

En la vida hay momentos buenos y otros no tan buenos, ambos forman parte de ella y ambos se deben experimentar, de esa manera podremos vivirla plenamente.

Para alcanzar el estado de paz y felicidad interior ambos momentos deben integrarse a través del amor que seamos capaces de poner en esas circunstancias.

Siempre desde la coherencia y la conexión entre nuestro corazón y nuestra mente conseguiremos encontrar el equilibrio, no sólo en nuestro cuerpo, también en toda nuestra vida.

por Carmen Benito

www: carmenbenitobioestetica.com

 

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